Nuevos lugares, abren millones de posibilidades. 

Entre el fío pre-invernal y los nuevos espacios de Miyana Polanco, leí un letrero rosita a la distancia que decía “Tea Collection” e imaginen mi emoción de encontrar un lugar nuevo para probar té. Esta tienda de té creada por la sommelier Deborah Dychter tiene elementos que me llamaron muchísimo la atención y es una visita obligada para quien está buscando sabores nuevos.

Lo que más me impresionó de Zoma fue su extensa, pero de verdad EXTENSA, carta de tés. Entre tés puros, infusiones y mezclas ¡la suma llega a 96! Para mí, esto fue increíble pero un poco (o un mucho) díficil, ya que me cuesta muchísimo trabajo decidirme por uno o dos sabores siendo consciente de una increíble variedad que podría estarme perdiendo.

Para presentar esta increíble colección (supongo que de ahí viene el nombre) los tés están colocados en una pared de cristal dentro de vasos de vidrio con su nombre y descripción, creando un mural de colores y texturas muy bonito que aunque parecería no tener un orden, es muy curioso de ver y leer mientras intentas decidirte por un sabor.

El espacio de la tienda de té, aunque es reducido, tiene elementos que buscan sorprender, desde cajas de pasteles pu-erh (té añejo) hasta un set ceremonial de té en una caja de cristal, arreglos florales y lindísimos infusores en forma de teteras pequeñitas (OBVIO YA COMPRÉ EL MÍO).

La variedad de tés en Zoma va desde infusiones herbales (que incluyen una infusión de lavanda pura) y tisanas, hasta el té más exótico que he probado con sabor a ahumado. De los tés que he probado (que ya llevo como 6 ) mi favorito fue el té verde Hari Chai, una mezcla chai con base de té verde con canela, menta, cardamomo, jengibre, clavo y pimienta negra. Honestamente este té me sorprendió muchísimo porque aunque había escuchado un poco de chais verdes, nunca me imaginé que el sabor fuera tan balanceado y relajante. Probé este té calientito con leche y encontré que tiene un sabor increíble que empieza dulce, después recuerda a la canela y termina con notas de menta, haciéndolo perfecto para cualquier hora del día y, aunque me falta probarlo, creo ha de ser perfecto también en frappé o helado.

El servicio es muy bueno, especialmente cuando encuentras fans del té como Manuel que me propuso probar el té ahumado mientras me platicaba un poco de su historia y me ayudó a decidirme por un rooibos con canela. Creo que con una carta tan amplia, se agradece muchísimo que los baristas te puedan ayudar a decidirte por algo porque aveces solo oler las mezclas no es suficiente para darte una idea del sabor que puedes esperar en una taza. Los precios en Zuma son increíbles, $39 pesos por un vaso de cualquier infusión y personalizado a tu gusto 

Por otro lado, la misión de Zoma es inspirar un estilo de vida más saludable a través del té, por lo que además de las infusiones a diferentes temperaturas, ofrecen teabowls que son mezclas densas de té con hielo para comerlas con fruta en un tazón, paninis, canapés y diversas opciones que incluyen superfoods y que se ven deliciosas. Peeeeeero, para mí la parte más interesante además de los tés, fue la extensa variedad de accesorios que ofrecen, desde infusores hasta teteras de hierro forjado y blooming teas (esos tés que se abren como florecitas en agua caliente).

Pienso que Zoma es un lugar que vale mucho la pena conocer y experimentar porque puedes esperar una experiencia diferente cada vez que cruzas sus puertas y si se dan una vuelta, por favor platíquenme que tomaron, porque ¡sigo en busca de mi té favorito en Zoma! 

– Ichi-go ichi-e