El diccionario del té

Ya platiqué un poco de infusiones, del tiempo ideal de infusión para cada tipo de té y de algunos sabores de té que me encantan. Ahora, creo que ya estamos listos para un tema un poquito más técnico: los diferentes tipos de té.

Son mucho más fáciles de ubicar que los diferentes tipos de vino (por lo menos, para mí el vino es súper complicado 🙈)  y creo que conocer las diferencias entre los tipos de té nos puede acercar más a encontrar ese té ideal para nosotros, ya que características como la cantidad de cafeína o la intensidad del sabor dependen en gran medida del tipo de té que tomemos.

Así que, sin más preámbulo, empecemos. Existen tres principales tipos de té: el verde, el Oolong o té azul y el negro. Todos, vienen de la misma planta: camellia sinensis. Digo principales, porque en el mercado existen otros que también vienen de la camellia sinensis como el té blanco o amarillo, que platicaremos a su tiempo.

La razón por la que estos tés son diferentes a pesar de ser la misma planta es su proceso de producción. Este proceso empieza con la cosecha de las hojas de la parte más alta del arbusto de camellia sinensis, después, se secan las hojas para reducir su humedad y posteriormente se oxidan, es decir, se apuchurran (apachurran hahaha) las hojas ligeramente, exponiéndolas al oxígeno y logrando que cambien de color y composición química conforme el oxígeno “entra” a las hojas. Una vez que se logra el nivel de oxidación deseado, el proceso se detiene a través de pasar las hojas por aire caliente. Entonces, a cada nivel de oxidación, el sabor del té cambia ya que la química de las hojas es diferente.

Té negro

Este té es el que tiene el proceso de oxidación más largo de todos, lo que logra un té con mucho sabor y un nivel de cafeína que puede competir con un café americano que no esté muy concentrado. Los niveles de cafeína en el té negro varían de acuerdo al tiempo de infusión y la cantidad de hojas que agreguemos, por lo que este té me parece un excelente aliado para despertar. Lo que más me gusta, es que me han platicado que el té negro, a diferencia del café, no da bajón, aunque toma un poco más de tiempo en levantarte.

Algunas preparaciones de té negro comunes incluyen el English Breakfast que es un té bastante robusto y se toma generalmente con leche, Earl Grey que es té negro con bergamota (delicioso y “levanta muertos” según mi novio) y Masala Chai, el cual se compone de té negro con especias y también se prepara usualmente con leche. El té negro puro, preparado sólo con agua puede llegar a ser muy fuerte, al grado de llegar a ser amargo e intomable, por lo que me encanta en una taza con mitad agua y mitad leche.

Una gran opción para las personas que son fan de los sabores fuertes y especiados es tomar un té negro en mezclas chai, ya que las especias como la vainilla y la canela logran una infusión con muchísimo sabor y un aroma increíble.

Té Oolong o azul

Este té es menos oxidado que el té negro y esto hace que tenga un sabor menos fuerte, pero bastante aromático e incluso un poquito ahumado. Existen blends de chai con una base de té Oolong, que personalmente me parecen perfectas. Son tés más ligeros tanto en sabor como en nivel de cafeína, pero excelentes bases para combinar con especias como clavo, jengibre y coco. Incluso, he visto mezclas de chai Oolong con frutas más dulces como piña o manzana, probando que el Oolong es bastante versátil para combinarse sin perder la escencia de té oscuro.

Este té también es delicioso con leche, ya que le da ese toque suave que envuelve los sabores y que personalmente, lo vuelve increíblemente reconfortante.

Té verde

El té sin oxidación, este té está hecho con hojas que solo fueron secadas y normalmente se disfruta sin leche. Tiene un sabor muy fresco y si no les gustan nada los sabores un poco amargos, este té es perfecto para ustedes.

Todos los tés tienen beneficios para la salud, pero considero que el té verde es el que tiene el mejor “récord medicinal”. Alto en antioxidantes e increíble para la digestión, es la infusión preferida en la cultura china, de ahí que los mejores tés verdes vienen de China y están compuestos por hojas secadas al sol y removidas a mano, es decir, alguien tiene que mover las hojitas en un bowl muy grande al sol para que no se quemen y puedan lograr el máximo sabor cuando se infusionen en agua.

Este té combina perfecto con hierbas y flores, como menta o jazmín y es delicioso tanto frío como caliente. El té verde me encanta cuando quiero sentir el estómago súper fresco y cuando se antoja una bebida ligera y muy aromática.

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Té blanco

Este té lo he probado muy poco, pero la diferencia con los otros tipos de té que están hechos con hojas “maduras” de camellia sinensis , es que este té está hecho de hojas bebés de la planta, literal. Se cortan los brotes de hojas más tiernos y se secan, sin pasar por un proceso de oxidación, con lo que se logran hojas de té de un color muy claro.

En mi experiencia el sabor es muy rico, pero en las mezclas que lo he probado, otros sabores sobrepasan por mucho el sabor del té, aunque no es no tenga sabor, sino que no es tan definido en mezclas con especias que pueden llegar a “opacar” su sabor, así que tendré que probarlo solo para platicarles un poco más 😁

Si tienen dudas de qué tipo de té se puede adaptar más a sus gustos, ¡no duden en escribirme! Espero que con este post se animen a probar cosas nuevas y estén más cerca en encontrar su pareja perfecta de té 😊

– Ichi-go ichi-e