Una mezcla herbal, con 300 años  de experiencia.

Pocas son las empresas que tres siglos después de su fundación siguen siendo reconocidas y cotizadas. Tal es el caso de Twinings, la casa de té fundada por Thomas Twining en 1706 bajo el nombre de “The Golden Lyon”. La gran innovación del señor Twining fue abrir la primera tienda exclusiva de té en Londres, en un momento de la historia en la que el café era la opción más común. 300 años después, Twinings se enorgullece de mantener sus altos estándares de calidad y sabor tanto de tés como de infusiones herbales.

Honestamente, creo que Twinings sí mantiene un cuidado especial tanto en la calidad como en el sabor de sus tés e infusiones y de más está decir que me han enamorado muchas infusiones de esta antigua casa de té. Aunque podría percibirse como una marca muy comercial, la realidad es que sus sabores son increíbles, además de que ofrece una variedad tan amplia, que estoy segura que existe un Twinings perfecto para cada quien.

Asì, una de mis infusiones favoritas es manzanilla, miel y vainilla. La probé por primera vez en la universidad y pedirlo con leche fue una elección perfecta. Esta infusión tiene un sabor mayormente dulce e incluso después de unos 4 minutos de infusión ya no necesita endulzar. Este té me encanta calientito en una taza con mitad agua, mitad leche deslactosada. Es difícil describir el sabor de este té súper aromático, pero al tomarlo, primero se percibe la manzanilla y al final queda un saborcito de miel de abeja delicioso. La taza perfecta de este té la preparo en agua/leche a unos 80º C y 4 minutos de infusión.

Las cajas de té Twinings las pueden encontrar en cualquier súper, cuestan alrededor de $60 pesos cada una e incluyen 20 sobrecitos de delicia aromática. Más adelante les platicaré de otros sabores que me encantan y ¡estaría increíble que los probaran!

Les recomiendo muchísimo este Chamomille, Honey and Vanilla como una bebida reconfortante y excelente para un día helado o si se sienten malitos, o simplemente necesitan algo dulce para tener un momento muy relajante.

– Ichi-go ichi-e