A veces la inspiración crece en los árboles.
Hoy decidí escribir algo diferente, para celebrar el aniversario de Tea Room y para compartir una faceta diferente del té.
En una clase de arte en la secundaria, tuve una maestra que nos dijo “Para que algo sea arte, debe hacernos sentir algo” y esa frase se ha quedado en mi memoria desde entonces. Y es que el arte es algo tan propio del humano, una expresión de su creatividad, un outlet de sus emociones, un estudio de su búsqueda de sentido en la vida, es una visión temporal que se plasma en un cuadro, en una canción, en un momento efímero.
Y entonces pensé en el té, el té nos puede hacer sentir tantas cosas, desde calidez hasta ser una fuente de paz, nos puede hacer sentir en casa al compartirlo con un amigo, nos puede hacer sentir mejor después de un día difícil. ¿Será muy descabellado entonces pensar en el té como arte?
Claro, el té es un regalo de la naturaleza, una mezcla de las fuerzas de los elementos, el agua, la tierra, el fuego y el viento se funden en un líquido que puede ser perfecto. Pero igualmente es tan humano, que no existiría sin nuestra creatividad e ingenio. Incluso podríamos decir que el té y la humanidad hemos tenido una historia larga, de amor y de descubrimiento, por una gran parte de nuestra existencia en este hermoso planeta.
Y creo que fusionar estas dos idea, es un pensamiento increíble: en una sencilla taza la naturaleza se vuelve arte y nos hace sentir tanto, desde paz hasta felicidad completa, todo en un instante efímero y perfecto.
¿Qué piensan? ¿Podría el té ser arte? 🍃💕
– Ichi-go ichi-e