Hay tantas formas diferentes de probar un mismo té y esta es la temporada perfecta para darle una oportunidad al té helado.
Con “los calores” que han hecho últimamente, se antoja mucho más un té helado que uno calientito. Por eso, les comparto tres formas de preparar té en casa para refrescarse con una bebida deliciosa.
Infusión caliente
La forma más usual de prepar té helado siguiendo el método tradicional:
- Infusionamos una cucharadita de té en una taza de agua caliente.
- Esperamos el tiempo necesario dependiendo del tipo de té (para más información de tiempos de infusión por tipo de té, da click aquí).
- Colamos y endulzamos al gusto.
- Enfriamos la infusión con unos hielitos.
Con este tipo de infusión obtenemos el sabor más fiel a su contraparte caliente ya que todos los sabores se extraen durante la infusión en agua caliente. Personalmente, lo considero el método más “conservador” para el té frío y aunque es delicioso, no hay que olvidar que tiene el riesgo de perder sabor si ponemos demasiados hielos y el exceso de agua diluye la infusión.
Cold Brew o infusión en frío
Tomando prestado el nombre del mundo del café, la infusión en frío es un método que realmente vale la pena intentar. Por la temperatura y el tiempo de infusión, el té que obtenemos tiene un sabor diferente a su contraparte caliente.
Un poco más técnicamente, el agua fría previene la extracción de taninos amargos, es decir, las notas astringentes en ciertos tipos de té, especialmente en el té negro, no suceden, resultando en infusiones con notas más dulces.
Para preparar una taza de té cold brew, es necesario:
- Poner una cucharada sopera de té (para este método necesitamos más hojas que en la infusión caliente) en una taza de agua. Para preparar té en bolsita, necesitamos dos bolsitas por taza de agua.
- Dejar infusionar la mezcla en refrigerador por lo menos ocho horas. Mi recomendación es dejarlo en un frasco con tapa en el refri durante la noche.
- Colar y endulzar al gusto.
Este método, aunque un poco más tardado, tiene resultados que valen muchísimo la pena intentar. Es súper interesante porque podemos encontrar sabores diferentes en nuestros tés favoritos y disfrutarlos de maneras distintas. Incluso, se dice que la extracción de sabores en frío resulta en menos contenido de cafeína y ácidos tanto en el café como en el té, haciéndolo una opción perfecta para un día de creatividad y calor.
Frappé casero
Este método resultó ser un poquito más complicado de lo que pensé, pero creo haber encontrado los pasos más importantes para obtener una bebida deliciosa:
- Infusionar una cucharada de té en 1/3 de taza de agua caliente el doble del tiempo necesario. Lo que queremos en este paso es preparar una infusión súper concentrada que no pierda cuerpo al diluirse con el hielo.
- Colar la mezcla en la licuadora de ser necesario. Existen mezclas que por su naturaleza frutal o herbal, las podemos consumir completas sin ningún problema, en este caso es especialmente rico probar una tisana frutal sin colar.
- Licuar con una taza de hielo, agregar leche al gusto y endulzar si es necesario. La leche puede ser en polvo (con leche Nido queda delicioso) o líquida, depende del gusto de cada quien y de qué tan espeso nos gusta el frappé. Mi recomendación es utilizar 1/3 de taza de leche líquida, ya sea de vaca o vegetal. Existen también bases para frappé en polvo (como esta) de las cuales podemos obtener un resultado más profesional en casa, pero que por su contenido calórico y químico, podrían no ser una opción casera muy viable.
- ¡Listo! Sirve en un vaso, agrega crema batida si se te antoja y disfruta de una bebida perfecta para refrescarte.
De cada una de estas preparaciones podemos obtener sabores diferentes para el mismo té, haciéndolas opciones padrísimas para disfrutar nuestros tés favoritos de nuevas maneras. ¿Qué les parece? ¿Probarán alguna forma de preparar su té favorito en frio? ¡Platíquenme en los comentarios! 🍃💕
– Ichi-go ichi-e